A veces no le prestamos la suficiente atención a nuestra ubicación física como educadores ni a la del niño durante las actividades de aprendizaje y tengo que destacar que es un aspecto muy significativo y que tiene un impacto fuerte en el proceso educativo.
Una de las disposiciones que más he utilizado es en forma de “U”. Para mí es una de las más efectivas, ya sea que los niños estén sentados en el suelo sobre una alfombra o en sillas, dependiendo de las características del grupo y del entorno educativo. ¿Por qué es tan beneficiosa esta disposición? Porque permite a los niños observar claramente los labios del docente, sus modulaciones vocales, gestos y otras expresiones faciales relevantes para la comprensión del idioma. Además, esta disposición fomenta una sensación de unidad y trabajo en equipo entre los niños, promoviendo así un ambiente de colaboración y participación. La disposición en forma de “U” permite al docente tener una visión clara de todos los niños en la sala, lo que le permite identificar y abordar rápidamente cualquier problema de visibilidad o participación. Esto es especialmente importante para garantizar la inclusión y la participación de todos los niños en el proceso de aprendizaje.
La ubicación afecta la capacidad del niño de percibir y participar en el aprendizaje, sino que también influye en la dinámica general de la sala y en la capacidad del docente para facilitar un entorno de aprendizaje efectivo y colaborativo. Ahora bien, además de esta ubicación puedo compartir también otras que se intercalan y dan variedad al grupo. Son ubicación que muchas veces dependerán de la actividad requerida y siempre invito a realizar esta identificación puesto que el éxito del desarrollo de la actividad muchas veces depende de este espacio físico elegido y diseñado.
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